Sé una persona productiva siguiendo estos hábitos
Convertirse en la mejor versión de tu persona es posible si comenzamos a observar y reflexionar sobre las pequeñas cosas que hacemos cotidianamente, un pequeño cambio en tus hábitos diarios puede guiar tu vida hacia un camino completamente diferente. Un hábito es una práctica regular o rutina que no es sólo pequeña y sencilla de hacer, sino que es una fuente de mucho poder y parte esencial de un sistema compuesto de crecimiento.
Fijar metas implica ganar el juego, sin embargo, fijar un sistema implica entender que lo importante es continuar en el juego. La mejor manera de construir hábitos positivos es dejar de concentrarte en lo que logras y concentrarte en lo que te quieres convertir.
Establecer un sistema compuesto de crecimiento significa planificar nuestro día para que, por la noche, nos vayamos a dormir con la satisfacción de seguir en el juego y de haber crecido.
Los efectos de los pequeños hábitos se notan con el transcurso del tiempo. Estos parecen no hacer la diferencia, pero el impacto que tienen, a largo plazo, es enorme.
Para alimentar ese sistema de continuo crecimiento te dejamos los hábitos que tienen las personas productivas:
1.- Planifica tu día antes de dormir o al despertar: Haz un recuento o una lista de todas las cosas que tienes que hacer; destina un tiempo de descanso e imprevistos porque no siempre las cosas salen como esperamos.
El tener una expectativa rígida y sin contratiempos puede generarnos ansiedad por lo que hay que ser comprensivos con nuestras tareas, pero, sobre todo, tener claridad de nuestros objetivos diarios en cada rubro para no quedarnos con la sensación de estar ocupados todo el tiempo sin haber logrado mucho.
2.- Al comenzar una tarea, termínala. No intentes concentrarte en muchas tareas al mismo tiempo, el cerebro tarda un tiempo para focalizarse en algo. Si intentas hacer varias cosas a la vez, lo que consigues es perderte entre todas ellas. No saltes de una tarea a otra sin seguir un orden y prioridad.
3.- Priorizar implica aprender a decir NO a todas esas actividades que no nos aportan nada hacia el cumplimiento de nuestros objetivos diarios. Hacer una elección 1% mejor o 1% peor parece insignificante en el momento, pero a lo largo de la vida, estas decisiones determinarán la diferencia entre quien eres y quien podrías llegar a ser. El tiempo magnifica el margen entre el éxito y el fracaso.
3.- Valora y agradece: las personas más felices son las que agradecen. La gratitud, consiste en apreciar la vida y la voluntad de reconocer que los demás desempeñan un papel en nuestro bienestar emocional. Es una emoción fuertemente relacionada a la salud mental, la satisfacción vital, el optimismo, la autoestima y las relaciones sociales. Ser agradecido hace que las personas quieran trabajar y estar a tu lado.
4.- Aprende a delegar. Hay cosas que no podemos hacer solos y, para hacer todo y hacerlo bien, debemos apoyarnos de los otros. No dejes que los mismos pendientes te vayan persiguiendo día tras día.
Aborda las diligencias, decide cuáles vas a hacer y cuáles no, o cuáles son delegables. Retoma aquellos pendientes del día anterior, destina un tiempo para llevarlos a cabo, sin poner excusas y sin posponer. Lo recomendable es que los realices a primera hora de la mañana.
5.- Haz ejercicio: Activarte físicamente es una parte esencial para tener un equilibrio emocional. Al hacer actividad física segregamos endorfinas, también conocidas como “hormonas de la felicidad” lo que vincula estrechamente el hábito de hacer ejercicio con el bienestar.
La importancia de construir hábitos también debe acercarse a que sean disfrutables. Es importante que cada hábito que comencemos sea fiel a nuestra identidad: si no te gusta ir al gimnasio, puedes activar tu cuerpo bailando, caminando por las noches en un parque o saltando la cuerda.
Puedes combinar tus hábitos para que tu sistema de crecimiento se enriquezca. Mientras conduces a tu trabajo o te ejercitas, podrías escuchar un podcast de interés cultural o aprendizaje; al planificar tu día podrías disfrutar de una taza de café o té y destinar un momento de meditación y agradecimiento en tu agenda.
Ve estos hábitos como oportunidades; delegar podría convertirse en la oportunidad de dialogar con tus compañeros o tu pareja.
Los cambios que parecen pequeños y poco importantes al principio, se convierten en resultados increíbles si estás dispuesto a ejecutarlos continuamente. Debes permanecer consciente de tus hábitos para que puedas continuar refinando y mejorando. Asegúrate de dedicar tu tiempo a las cosas importantes para ti y hacer modificaciones cuando sea necesario.